Cada vez son más las personas que conocen los múltiples beneficios que trae emplear los distintos tipos de abonos orgánicos en las distintas plantaciones. Y es que, lejos de ser una simple mezcla con elementos naturales, ayudan muchísimo, y no solo en la cosecha.
Desde nuestra empresa Zalsa, queremos contarte las numerosas ventajas que trae consigo emplear este tipo de abono en tu jardín y, a la vez, contarte los distintos tipos que existen.
Beneficios de utilizar abono orgánico
Cuando hablamos de este tipo, debemos de tener en cuenta que están elaborados con restos vegetales, estiércol, cenizas sin nada de ingredientes químicos.
Y es que, la FAO ha declarado que una de las principales ventajas es que no solo protege a la planta y la alimenta durante más tiempo, si no que ofrece una gran protección de la fertilidad de los suelos y de la biodiversidad. Es más, se considera una de las herramientas básicas para los cultivos sostenibles, ya sea a nivel casero como a nivel urbanístico.
La forma en la que protege nuestros suelos es gracias a que las materias primas liberan el contenido de nutrientes enriqueciendo la composición de la tierra. Es más, estimula la actividad microbiana y contribuye a un correcto crecimiento, y a su vez, cuida del correcto desarrollo y salud de la planta.
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¿Cuáles son los tipos de abonos orgánicos?
Si bien es cierto que existen distintos tipos de abonos, nosotros vamos a enumerar, a continuación, los más destacados y conocidos:
Compost
Es el más conocido, es más, puede ser fabricado de forma casera gracias a la separación y recolección de desechos vegetales. También puede hacerse a nivel industrial para emplearlo en distintas explotaciones agrícolas.
Este tipo de abono orgánico, reproduce la descomposición natural de la materia vegetal convirtiéndose en humus.
Los ingredientes son los siguientes:
- Hojas
- Restos de podas o siegas, ya sea hierba, paja, ramas
- Desperdicios de plantas culinarias, por ejemplo, los restos después de pelar una zanahoria
- Cáscara de huevo
- Conchas
Una vez se ha mezclado todo, se puede añadir tierra y de este modo, tendremos una composición muy completa y rica. Es más, se puede añadir casi cualquier material orgánico. Por lo que si tienes un huerto o jardín casero, no tires las cáscaras de huevo o los restos de las hortalizas… ¡Empléalo en tu cultivo!
Estiercol
Si bien es cierto que el excremento es perfecto para las plantas, se recomienda la utilización industrial. Esto es para tener un bien control sanitario, además, se debe de utilizar una vez secado, es decir, cuando deja de oler a amoniaco. De lo contrario, podría llegar a dañar las plantas.
Humus de lombriz
Este tipo de abono orgánico es el compostaje limpio y que no huele del proceso digestivo de las lombrices. Cuenta con unas propiedades que supera el compost doméstico gracias a la concentración de microorganismos.
Por otro lado, además de poder comprarse de forma industrial, se puede fabricar de forma casera, con restos vegetales con vermicompostadores específicos para lombrices.
Tipos de abonos orgánicos: el abono verde
Existen plantas que se siembran y cultivan para poder utilizarse en el suelo a modo de nutrientes. Algunos ejemplos más utilizados son la alfalfa, consuelda o trébol, que además de aportar material vegetal, también ayudan a fijar el nitrógeno del aire para, después, devolverlo a la tierra.
Harina de hueso, el tipo de abono orgánico animal
Gracias al alto contenido en fósforo, ayuda a estimular la floración de las plantas. También ayuda a corregir el pH de los suelos que son muy ácidos, se suele hacer a través de astas y pezuñas que, además, son ricas en nitrógenos.
Cenizas a partir de materias orgánicas
Si bien es cierto que no tienen nitrógeno, cuentan con altas dosis de potasio, magnesio y calcio. También, al igual que la harina de hueso, nos puede ayudar a corregir la acidez del suelo.
Como se puede observar, existen numerosos tipos de abonos orgánicos para nuestras plantas, te recomendamos que escojas el tuyo en función de la planta y de sus necesidades.
