Los fertilizantes ecológicos para huertas constituyen la base de la agricultura ecológica. Son clave para mejorar la fertilidad natural de los suelos y obtener agroecosistemas equilibrados que sean capaces de cosechar productos nutritivos, a la vez que evitar plagas y enfermedades. En ZALSA Agroservicios Valladolid encontrará aquellos fertilizantes ecológicos que necesite para su huerta y jardín.
Los fertilizantes ecológicos para huertas, o abonos orgánicos, son materias de origen vegetal, animal o mixto, que mejoran la calidad de los suelos a los que son aplicados, aportándoles nutrientes, materia orgánica y microorganismos. En función de su procedencia, existen muchas clases de fertilizantes ecológicos, como por ejemplo el estiércol, el compost, humus de lombriz, guano de isla o abonos verdes.
Ventajas de los fertilizantes ecológicos
El cultivo continuado causa pérdida de nutrientes en los suelos, que pueden ver agotada su materia orgánica. Debido a ello, es muy importante aportársela de forma externa mediante los residuos del cultivo u otro tipo de fertilizantes orgánicos.
Entre las ventajas de los fertilizantes orgánicos, destacan:
- Están libres de químicos perjudiciales para la flora y la fauna.
- Además de nutrir el suelo, mejoran su estructura, favoreciendo la retención de agua y el intercambio de nutrientes en las raíces de las plantas.
- Aunque mejoran la calidad del cultivo en cualquier tipo de suelo, resultan especialmente beneficiosos para aquellos que son pobres en materia orgánica.
Tipos de fertilizantes ecológicos
A continuación mencionamos los principales fertilizantes ecológicos para huertas:
Estiércol
Básicamente excrementos de animales que se usan para fertilizar los cultivos. Aunque su calidad varía en función de la especie y de otros aspectos, este tipo de abono contiene de media 1,5% de N, 0,7% P y 1,7% K.
Mejora la calidad general del suelo, sobre todo si se usa en una proporción superior a 10/ha al año.
Sus beneficios se ven potenciados cuando se aplica tras la fermentación y con una humedad adecuada del suelo.
Guano de isla
Este fertilizante ecológico, usado desde hace cientos de años en América Latina, es un conglomerado de excrementos, plumas, huevos y otros restos de aves marinas. Su contenido en nutrientes es muy alto, pudiendo llegar a tener 12% de nitrógeno, 11% de P y 2% de K.
Se aplica mediante pulverización, siempre a cierta profundidad para evitar pérdidas de amoniaco.
Humus de lombriz
Este fertilizante resulta de la descomposición de residuos orgánicos por parte de las lombrices. Tiene pH neutro, es inodoro y su textura es similar a la del café molido.
Una de las lombrices que más se usa para este fin es la roja californiana (Eisenia foetida), que se ha adaptado muy bien a los suelos y condiciones climáticas de España.
El humus de lombriz destaca por su alto contenido en bacterias, lo que lo hace especialmente recomendado para mejorar las propiedades biológicas de los suelos.
Compost
Este fertilizante ecológico resulta de la transformación controlada de residuos orgánicos animales y vegetales. También se le denomina “mantillo” o “tierra vegetal”.
Aunque en función del tipo de insumos empleados, presentará mayor o menor calidad, de media tiene 1,04% de N, 0,8% P y 1,5% K.
El principal beneficio del compost es que aumenta el contenido de materia orgánica a largo plazo, liberando los nutrientes lentamente y mejorando las propiedades y estructura del suelo. Además, fomenta su diversidad microbial y su porosidad, lo que favorece la penetración del agua y propicia la formación de humus.