Allí donde haya plantas cultivadas, especialmente si se cosechan, suele ser imprescindible la utilización de abonos para jardinería y huerta en Valladolid, aunque también se pueden usar fertilizantes. Abonar significa aplicar abono, mientras que fertilizar es aumentar la fertilidad de un suelo.
Algunos horticultores y jardineros modernos ponen en duda que haya que abonar la tierra, pero a continuación veremos por qué sí es necesario abonar la mayoría de los terrenos de cultivo, de una o de otra forma.
Por qué abonar un jardín o huerto
De acuerdo que en la naturaleza nadie abona intencionalmente, pero la horticultura y la jardinería son actividades humanas y, a veces, muy forzadas. En la naturaleza, los restos orgánicos muertos se descomponen y, junto con los minerales que se van disgregando de la roca, son suficientes para sostener la vegetación que crecen en ese suelo.
Ahora bien, cuando se trata de cultivos, hay que entender que las hortalizas son plantas seleccionadas durante años (a veces milenios) para ser más productivas, con frutos más nutritivos y más grandes, con un aspecto apetecible, etc, pero casi siempre a costa de hacerlas más exigentes en nutrientes.
Y en la jardinería, por desgracia, pasa algo parecido. La mayoría de las plantas que conforman un jardín cualquiera no suelen ser autóctonas del lugar, no están adaptadas al clima y, en ocasiones, han sido seleccionadas principalmente por su valor ornamental, haciéndolas de nuevo más demandantes de abonos.
Las plantas «domesticadas» suelen requerir suelos más fértiles que las silvestres. En parte porque necesitan gran cantidad de nutrientes para desarrollar sus jugosos tejidos, pero también porque son mas «torpes» o menos eficientes que sus parientes silvestres.
Abonar terrenos de cultivo en Valladolid
Excepto si el suelo ya ha sido abonado, o si es muy fértil y lleva tiempo sin cultivarse, casi siempre será necesario abonarlo para mejorar la cantidad o proporción de nutrientes.
En general, si el color de la tierra es muy oscuro, suele significar que posee un gran porcentaje de materia orgánica, la mejor fuente de nutrientes a largo plazo.
En este tipo de suelos, es muy probable que solo preparando el terreno (soltando y aireando la tierra) sea suficiente para obtener buenas cosechas durante uno o dos años, aunque lo recomendable sigue siendo abonar de todas formas.
Los agricultores profesionales realizan análisis de fertilidad del suelo, que les proporcionan datos muy precisos con los que pueden calcular cuanta cantidad deben añadir a la tierra de cada nutriente, según la extracción (el gasto) que esperan que haga el cultivo.
Como regla general, se debe abonar cada año la tierra del huerto con un buen abono orgánico, especialmente las parcelas en las que se van a cultivar plantas exigentes: tomate, pimiento, berenjena, patata, calabaza, calabacín, sandía, melón, etc.
Cuándo aplicar abonos en jardinería y huerta en Valladolid
Siempre es mejor hacerlo en cualquier época a no abonar nunca, pero lo ideal es en otoño o en primavera.
En otoño es el mejor momento, especialmente si se emplean abonos orgánicos que pueden no estar del todo descompuestos, como el estiércol.
En primavera ―o al inicio del cultivo― si se usan «abonos químicos» o abonos orgánicos líquidos, que suelen disiparse muy rápidamente.